No están dispuestos a esperar que se les abran los museos. Ellos se toman los espacios y llenan la ciudad de stencils y graffitis que rompen el gris del cemento y convierten los muros en galerías de arte. En medio de una sociedad acostumbrada a callar, surgen estos jóvenes que llenan las calles de pensamientos, diseño, arte y protesta. Ilegales e incomprendidos, aquí un nuevo estilo que mantienen el arte callejero.
Son perseguidos por polisontes e incomprendidos por el vecino que se irrita al ver que su muralla se llena de imágenes o garabatos. El arte callejero no se rinde; al contrario, se propaga por el país luchando contra los que quieren mantener las paredes impecables, aburridas y grises. “Unos lo hacen para protestar o crear conciencia; otros, dicen no ser revolucionarios, ni contestatarios, ni subversivos, aunque no se puede negar que para pintar una muralla hay que tener algo de rebeldía en la sangre, independientemente de si se hace por transmitir un mensaje o por amor al arte. De hecho, es ilegal, y si un carabinero lo sorprende rayando un muro que no es suyo, puede terminar pagando una multa o, incluso, pasarse algunos días en la cárcel.
Pero ellos son aperrados y esto no les importa, y si no le piden permiso al dueño de la pared, se las arreglan para burlar la ley: salen cuando el sol ya se ha ido o aplican estrategias para no ser atrapados por la policía verde.
Con distintos estilos y técnicas, tienen algo en común: la expresión sin límites con un fin democrático. Esta es la batalla expresiva entre la propiedad privada y el acto estético. Un grito contra la censura, contra los cercos comunicacionales ...asi funciona,llega uno y coloca su plantilla, le lanza spray, esto no demora mas de 20 segundos,luego viene otro y a ese mismo mono le agrega orejas, luego otrro le agrega letras y asi se va formando un estilo colectivo de stencilformando cosas muy divertidas, imagenes que nos hacen reflexionar en medio de la calle...callados pero con harto que decir...
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